Nuestra vida está llena de momentos que, aquí y allá, van indicando nuestro caminar. Como esos viejos hitos que indican el camino andado en las carreteras. Recordatorios de lo ya recorrido y promesa de un trecho que se extiende ante nuestra mirada.
En ocasiones, saberse acompañada/o permite apoyarse y dejarse dirigir mutuamente en los momentos en que el viaje nos supera.
Mi camino está sembrado de tus pasos.
Mi destino se inventa junto a ti.
Eres el suelo en que apoyarme
eres el cielo al que mirar…
y respirar.